Una película en la provincia argentina hizo confundir a un hombre que pensó estar en presencia de un saqueo masivo a una tienda departamental.
El hombre al ver que supuestamente todo mundo sacaba para sus arcas cualquier producto que encontraba, decidió entrar al negocio para tomar algunas cosas y llevarlas a su casa fuera de la vista de todos.
La locación del rodaje fílmico se hacía en una tienda de San Miguel de Tucumán y el hombre al ver toda la multitud decidió entrar, tomar un calentador de agua, un frazada y demás artículos.
Lamentablemente los productores se percatarían de la presencia del hombre a quien tuvieron que convencer que todo era parte de una escena de su producción fílmica y que tenía que devolver las cosas que había hurtado.
Al comprender la situación, el individuo pidió disculpas por sus actos, pero no fue suficiente para que varios agentes policiales lo detuvieran.