Julio 29, 2017 06:00 PM
Venezolanos son amenazados de perder su trabajo si no votan en asamblea propuesta por Maduro
Trabajadores estatales en Venezuela recibieron
llamadas telefónicas, presión de sus jefes y amenazas de despido para
asegurarse de que voten este domingo para elegir a los miembros de una
polémica Asamblea Constituyente, que promueve el presidente Nicolás
Maduro.
El mandatario socialista avanza con el plan de crear el poderoso organismo pese
a cuatro meses de protestas en la rica nación petrolera, que sufre de
escasez de alimentos y medicinas, una inflación galopante y fuerte delincuencia.
Maduro dice que la Asamblea Constituyente de 545 asientos, con poder para
disolver los poderes públicos, superará la "insurrección armada"
para traer paz a Venezuela, mientras que sus adversarios afirman que busca
cimentar una dictadura.
Con sondeos que muestran un rechazo del 70 por ciento a la Asamblea, el
Gobierno quiere evitar una participación vergonzosamente baja en los comicios
boicoteados por la oposición.
La presión sobre los empleados públicos es mayor que nunca, según entrevistas
con trabajadores de dos docenas de instituciones que van desde la estatal Petróleos
de Venezuela (PDVSA) al Metro de Caracas, así como mensajes de texto,
comunicados internos y videos vistos por Reuters.
"Cualquier director, superintendente y el supervisor que trata de bloquear
la Asamblea Constituyente, que no vota o sus colaboradores no vota, debe dejar
su puesto de trabajo el lunes", dijo el vicepresidente de PDVSA, Nelson
Ferrer, durante una reunión con los trabajadores esta semana, según un resumen
que circula dentro de la empresa y visto por Reuters.
En un video de un mitin político en PDVSA, un representante de una empresa no
identificada y vestido con camiseta roja gritaba por un micrófono que los
empleados que no voten serán despedidos.
"Nosotros no estamos jugando", exclamó.
Los trabajadores detallan las presiones: mensajes de texto cada 30 minutos,
llamadas telefónicas, reuniones políticas obligatorias durante el trabajo,
pedido que cada empleado reclute a otros 10 para votar u órdenes de informar a
una "sala situacional" tras sufragar.
Es difícil estimar cuántos de los 2.8 millones de trabajadores estatales
votarán, pero buena parte de los entrevistados dijeron que una mayoría
significativa probablemente lo hará, ya sea por lealtad o por temor.
Algunos venezolanos también dijeron que agentes del Partido
Socialista habían amenazado con dejar de distribuir bolsas de alimentos
subvencionadas a quienes no voten.
"He visto un río de gente llorando por la impotencia de no saber qué
hacer. Hay mucho miedo", dijo un empleado de PDVSA, quien pidió permanecer
en el anonimato para evitar represalias.
El Ministerio de Información de Venezuela no respondió a una
solicitud de comentario. PDVSA tampoco respondió sobre los alegatos de Ferrer o
presiones más amplias.
¿VOTAR O NO VOTAR?
Tras un fallido golpe de Estado en 2002 y una huelga que
culminó a inicios del 2003 contra el fallecido presidente Hugo Chávez,
aumentó el número de simpatizantes contratados en las instituciones que
defendían el "socialismo del siglo XXI".
Críticos dicen que los operarios no calificados han hundido la industria
petrolera y estimulado una fuga de cerebros.
Bajo el sucesor menos carismático de Chávez, Maduro, el bolívar se
desplomó, debilitando los salarios al equivalente a pocas decenas de dólares al
mes, fomentando el descontento.
Pero, con el país de 30 millones de habitantes sumergido en su cuarto año
consecutivo de recesión, muchos empleados se aferran a sus puestos debido a los
seguros de salud, alimentos subsidiados o la falta de otros puestos de trabajo.
"Mi mamá está enferma, mi esposa embarazada, si pierdo mi empleo quedo
peor que como estoy. Tengo que ir a votar", dijo un trabajador de la siderúrgica
venezolana Sidor.
Otros trabajadores decidieron no hacer caso a la presión y algunos apuestan a
que sus jefes serán indulgentes, mientras otros dicen tener información
comprometedora sobre corrupción o irregularidades que podrían protegerlos de
despidos.
Un puñado de ellos dice que están dispuestos a arriesgar sus puestos de trabajo
para oponerse a Maduro.
"Estamos cansados de trabajar y trabajar y no podemos ahorrar, no hemos
podido cambiar el carro, remodelar la casita", dijo la directora de una
escuela pública.
"Acordamos asumir todas consecuencias", agregó.
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA