Diciembre 16, 2017 12:00 AM
Repaso del 2017, año de terror, crisis y desastres naturales
Los boletines no cesaban: Un ataque en un concierto, en
una iglesia, en una heladería; un agresor con un arma, un martillo o ácido en
la mano. Un terremoto en México, un monzón en la India, la erupción de un
volcán en Balí, huracán tras huracán tras huracán. El teléfono que vibra a cada
rato con el anuncio de denuncias de acoso sexual contra su actor favorito.
El volátil 2017 estremeció tanto y tan a menudo que fue como recibir constantes
latigazos. Y ni hablar de Donald Trump, que generó tanto revuelo.
Fue como uno de esos túneles del horror de los
parques de diversiones, en los que en cada curva las cosas se ponen peor,
comentó Marian Salzman, que estudia tendencias. Cada vez que apago un aparato,
me da ansiedad porque tengo la sensación de que no me entero de la última
catástrofe.
El 2017 quedó marcado desde sus mismos albores. El 1 de enero un individuo mató
a tiros a 39 personas e hirió a muchas más en Estambul.
En todo el mundo los vehículos pasaron a ser armas letales, arrollando a
personas en los puentes de Westminster y de Londres, en Times Square y en un
sendero de bicicletas en Manhattan; en una calle comercial de Estocolmo y en
las Ramblas de Barcelona.
El terrorismo y otros actos de violencia fueron tan frecuentes que ya son casi
considerados parte de la vida diaria.
Puede suceder en cualquier lado, afirmó Luis Antonio Bone, un jubilado de
Barcelona de 66 años.
El terrorismo, no obstante, no impedirá que siga viviendo su vida, aseguró
Bone, en una actitud que se repitió en todos los lugares donde hubo grandes
tragedias.
En Texas, el pastor Frank Pomeroy aseguró que el bien prevalecerá sobre el mal
después de que 25 fieles, incluida su propia hija de 14 años, fuesen asesinados
en su iglesia de una localidad rural.
En lugar de optar por la oscuridad, como hizo este muchacho, nosotros elegimos
la vida, expresó.
En Las Vegas, donde 58 personas fueron asesinadas durante un festival musical,
algunos trataron de poner una nota de optimismo en medio de tanto sufrimiento.
Jay Pleggenkuhle, de 52 años y quien trabaja en el mantenimiento de jardines,
ayudó a crear un jardín recordatorio de las víctimas, con un árbol por cada una
de ellas. Unas mil personas se ofrecieron como voluntarias para
colaborar.
La gente se unió a la luz de esta tragedia, dijo Pleggenkuhle.
Un ataque con armas químicas en Siria conmovió al mundo. El lanzamiento de
misiles por parte de Corea del Norte hizo temer una guerra nuclear inminente.
Manifestaciones de supremacistas blancos hicieron revivir momentos terribles de
la historia estadounidense.
En Egipto, ataques contra cristianos coptos en el Domingo de Ramos y contra una
mezquita dejaron más de 300 muertos. En Gran Bretaña, 22 personas fallecieron
cuando un atacante suicida hizo detonar explosivos después de un concierto de
Ariana Grande.
Todo sucedió con tanta ferocidad que parecía imposible enfocarse en un episodio
por mucho tiempo.
Ni siquiera cuando hay un ataque en el que asesinan a 50 personas. En un par
de semanas ya te olvidaste, comentó Laurie Wright, disertadora de temas de
política y asuntos públicos de la Universidad de Princeton.
Tres grandes tormentas --Harvey, Irma y María-- azotaron Puerto Rico y buena
parte del Caribe, así como Texas y la Florida. Incendios forestales causaron
grandes destrozos en California y Portugal, terremotos sacudieron México, Irán
e Iraq; Italia fue golpeada por inundaciones y avalanchas; deslizamientos de
tierra arrasaron con viviendas en Sierra Leone y un intenso monzón vapuleó la
India, Nepal, Pakistán y Bangladesh.
Amnistía internacional calculó que 73 mil refugiados intentaron cruzar el
Mediterráneo en la primera mitad del año y que unos 2 mil fallecieron en esa
empresa. En Myanmar los militares llevan a cabo una brutal campaña de limpieza
étnica de los rohinya, matando a una cantidad no determinada de personas y
obligando a huir a 626 mil a la vecina Bangladesh.
En Estados Unidos, el inicio de la presidencia de Trump provocó grandes
protestas en toda la nación, que poco después fue estremecida por una ola de
denuncias de acoso sexual que hizo caer en desgracia a numerosas personalidades
del mundo del espectáculo, la política y los medios de comunicación.
El año registró también algunas notas positivas, como la liberación de 80 niñas
de edad escolar que habían sido secuestradas por los extremistas de Boko Haram
en Nigeria hace más de tres años y la reaparición de un niño de Sudán del Sur
que había sido reclutado por la fuerza por el ejército y a quien se había dado
por muerto.
Jordi Casares, empleado bancario jubilado de 71 años de Barcelona, lamentó el
terrorismo y la radicalización que caracterizaron el 2017, pero se mostró
confiado en que las cosas van a mejorar en el 2018.
No puede ser peor que este año, sostuvo. El Imparcial.
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA