Pagaba por un delito que no cometí: Keren

Hoy se cumplen seis días de que Keren Selsy Ordóñez Hernández, presa y sentenciada a 50 años por secuestro, está en libertad. Ayer platicamos con ella, la primera entrevista que dio fuera de prisión.

Con una sonrisa en el rostro, pero tímida y con expresión de esperanza es como Keren nos recibió. Con pantalón de mezclilla, suéter y chaleco rosa llegó a la Ciudad de México después de más de nueve años en prisión. Vino a agradecer a los abogados del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, a los que les dice, sus ángeles.

Según Imagen Noticias, con Nacho Lozano, luego de pasar nueve años, cuatro meses y cinco días en el Centro de Reinserción Social de Tlaxcala, Keren saborea su libertad, una por la que esperó en una celda alejada de su hija y de sus padres.

–¿A qué sabe la libertad para Keren?

–Es algo muy difícil de explicar, es una felicidad inmensa. Es no sólo recuperar mi libertad, sino el estar ya con mi familia, con mi hija, que era lo que más anhelaba.

El 16 de abril Keren fue llevada a locutorios, ahí conoció el veredicto de la Sala Penal del Tribunal de Justicia de Tlaxcala que, desde finales de febrero, analizaba su caso.

Fue algo que no me imaginaba, me imaginé de todo menos que llegara mi libertad. Cuando entré a los locutorios vi a la notificadora y ahí entendí que era mi resolución. Pero, por supuesto, fue un miedo muy inmenso”, recordó Keren.

La noche del 11 de diciembre de 2015 Keren perdió la libertad. A pesar de no existir una orden de aprehensión en su contra, ella y su hija recién nacida fueron detenidas y sometidas a tortura.

–¿Llegaste a pensar en recuperar la libertad?

–Sí lo imaginé, más en este último tiempo tal vez lo creía yo, creía que aún tenía que esperar más. Que la justicia aún no me iba a alcanzar.

Ella aún recuerda el día fue detenida en Xalapa, Veracruz. Salió de su casa a las 8 de la noche para reunirse con el padre de su hija, a unas cuadras de su casa.

Llevaba en brazos a su bebé y una pañalera, en unos cuantos minutos policías federales y de Tlaxcala la rodearon. Ahí empezó la pesadilla para Keren.

Me tuvieron demasiadas horas en Xalapa, en unas oficinas que desconocía en el momento, y ahí pues hubo tortura física, pero más que la física fue la emocional que sufrí con las amenazas de hacerle daño a mi hija porque no sabía dónde estaba, sólo me la pasaban cada cierto tiempo para que le diera yo pecho y me la volvían a quitar”, narró.

Con lágrimas en los ojos contó cómo la amenazaron con matar a su hija, mientras policías encañonaban a la bebé.

En 2019 llegó la sentencia de 50 años; en 2021 un Tribunal Colegiado concedió un amparo y ordenó reponer el procedimiento, hasta que en 2024 la condena se repitió. Meses después, los magistrados del Tribunal de Justicia de Tlaxcala revocaron esa sentencia.

Nueve años después, Keren alza la voz por todas las mujeres que, como ella, están injustamente en prisión. Incluso piensa estudiar derecho para defender a todas las mujeres que están encarceladas injustamente.

Conmigo se hizo justicia, pero hay muchas que siguen esperando la oportunidad que hoy tengo. La mayoría de la población es inocente, más las mujeres, es lo que he visto en estos 9 años 4 meses es que somos más castigadas, somos más castigadas por el simple hecho de ser mujeres”, señaló. 

En estos años Keren sufrió múltiples violaciones a sus derechos humanos, pero sin duda hay algo que le dolió más que los golpes.

–¿Cómo fueron estos casi 10 años en la cárcel?

–Fueron muy difíciles, muy difíciles. Llegué muy joven a un lugar así, sobre todo la separación de mi hija, eso era lo que día con día me pesaba más. Me pesaba más y sobre todo porque estaba pagando un delito que yo no cometí.

En el proceso que llevó casi una década, Keren y su bebé fueron separadas y ella obligada a firmar una declaración de culpabilidad. Hoy las dos están empezando a reconocerse y a crear recuerdos juntas que les fueron negados por años.

Publicado por:NOTICIAS DE YUCATÁN