Junio 09, 2018 04:00 PM
Mozart es importante por ser uno de los primeros en componer para piano
Al pianista Amos Lucidi le gusta ver sus recitales como una recorrido: como pasear por las calles y encontrar casas de diferentes colores, estilos y épocas.
Por ello, para el recital que ofrecerá el lunes 11 a las 8 p.m. en el Centro de Investigaciones Artísticas Gerónimo Baqueiro Fóster de la ESAY eligió piezas de Wolfgang Amadeus Mozart, Claude Debussy y Sergei Rajmáninov.
En entrevista, Amos, señala que la historia del piano es bastante larga, y en este caso Mozart es importante por ser uno de los primeros en componer para piano y uno de los grandes genios de lo que se conoce como periodo clásico.
A Debussy lo seleccionó porque se conmemora un año de su fallecimiento; además, es uno de los compositores que lleva los efectos y el color del piano a su máxima expresión. De hecho se le asocia con la corriente expresionista, dice Amos.
En el caso de Rajmáninov, Amos dice que toma el gran pianismo romántico heredero de Liszt y Chopin y lo engrandece a finales del siglo XIX y principios del XX.
El programa dará inicio con la Sonata en Si Bemol Mayor de Mozart, seguirá con Imágenes y La isla alegre de Debussy y cerrará con Sonata No. 2 en Si Bemol Menor de Rajmáninov.
La sonata de Mozart la seleccionó porque está empezando a trabajar con la música del compositor austriaco, de boga en estos días por el estreno de la ópera Don Giovanni. Para mí tocar a Mozart es regresar a las bases de la técnica y los elementos musicales de la interpretación.
Amos señala que la música de Mozart, que al oído se escucha simple, es una de las más difíciles de interpretar. Necesita de un gran balance, de un gran equilibrio y control de todos los parámetros de la interpretación y al mismo sonar fluido y espontáneo. Yo muchas veces identifico la música de Mozart como el carácter de un niño.
La isla alegre no es nueva para Amos, ya que la presentó para su examen de titulación en la maestría que cursó en Londres. Fue muy halagado. El jurado me dijo que estuvo bien, que la interpretación era muy buena y no había más que agregarle. La pieza, dice, es muy brillante y con un final espectacular.
En el caso de Imágenes No. 2, Amos dice que la pieza no se interpreta con frecuencia, el de hecho, la tocará por primera vez. El lenguaje es un poco más complejo, digamos que es quizá el principio de la etapa madura de la composición de Debussy. Será un reto porque siempre que presentamos una obra nueva al público no sabemos del todo cómo van a responder.
Programa interesante
Al preparar un recital, selecciona piezas que considera atraerán la atención del público. En este caso, por ejemplo, no escojo necesariamente ni soy partidario de los grandes éxitos de la música clásica para que el público se interese, porque yo mismo he experimentado con amistades el tocar obras que no son tan famosas y las escuchan interesantes.
En su repertorio intenta darle variedad con todas las piezas, esto hace que el público aprecie la música sin tedio. Por ejemplo, Mozart no es una obra larga, y es muy ligera, de un lenguaje fácil; luego toco las obras de Debussy que son un mundo sonoro completamente diferente y del programa es la parte más moderna y que puede sonar disonante, sin embargo, gracias a toda la utilización de recursos que hace Debussy del piano, creo que es capaz de generar sonoridades bastantes mágicas que pueden atrapar.
Por eso, continúa, no es necesario que los espectadores sepan de música clásica para apreciarla; para él es suficiente estimularles la imaginación primero con piezas sencillas, luego con algo complejo y etéreo y por último, algo rápido y brillante. Es verlo como un recorrido donde primero pasamos por los edificios, luego pasamos por un parque y terminamos en restaurante. Fuente:Megamedia
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA