Julio 01, 2017 12:00 AM
México, entre los más corruptos de América Latina, revela un estudio
La palabra corrupción ocupó un lugar preponderante
durante el 2016 en América Latina. Durante el año que acaba de terminar,
salieron a la luz cientos de nombres de personas y corporaciones vinculadas con
los paraísos fiscales en los llamados Panama Papers y Bahamas Leaks. Para
cerrar el año, se destapó la estructura de corrupción de la constructora
brasileña Odebrecht en 10 países de América Latina. Las principales economías
de la región se vieron expuestas a una trama de pago de sobornos por más de 735
millones de dólares, con excepción de Chile.
Para cerrar el ciclo de un año maldito, el Índice de
Percepción de la Corrupción 2016 de Transparencia Internacional
(http://www.transparency.org/news/feature/corruption_perceptions_index_20...)
confirmó el daño que provoca la corrupción en la reputación de los países.
Venezuela, por ejemplo, ocupó la peor posición del ránking de Transparencia
Internacional al tiempo que fue el segundo país donde Odebrecht pagó más
sobornos (98 millones de dólares).
El caso de Brasil puede parecer extraño, pues además de
ser el epicentro del escándalo y de ser el país donde los pagos ilícitos más
cuantiosos (349 millones de dólares), el gigante sudamericano se ubicó por
encima de la media regional en el ránking. Esto no debe sorprender. De acuerdo
con Transparencia Internacional, la revelación de las historias de corrupción
en la región es una muestra de que los países están combatiendo este fenómeno.
Brasil lleva un par de años envuelto en revelaciones de escándalo, las cuales
incluso provocaron la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y
una investigación contra un grupo de funcionarios brasileños, incluido el
expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En el caso mexicano la situación corre en sentido
contrario. México pasó del lugar 95 al 123 en el índice de Transparencia
Internacional; en América Latina, su lugar es el sexto entre los países con la
mayor percepción de la corrupción. Entre los miembros de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es el país con la peor
reputación en corrupción. De los 10 países involucrados en la trama de
Odebrecht, México aparece en el último lugar. Siguiendo la lógica de
Transparencia Internacional, de que a mayor combate a la corrupción se logra
una mejor percepción, en México los escándalos sólo quedan registrados y suelen
quedar sin castigo.
En diciembre del 2016, Odebrecht se declaró culpable en
una corte de Estados Unidos por haber sobornado a funcionarios públicos de 10
países latinoamericanos y dos africanos. Marcelo Odebrecht, quien presidía el
directorio de la compañía familiar, la mayor constructora de América Latina,
cumple una condena de 19 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. La
condena contra Marcelo es parte de la operación Lava Jato (lavado de coches),
que en el 2014 reveló una red multimillonaria de sobornos a funcionarios
brasileños que ha salpicado a políticos, empresarios y funcionarios. La
operación Lava Jato no se ha cerrado y sigue produciendo arrestos y condenas en
todo Brasil.
En territorio mexicano, funcionarios gubernamentales
recibieron sobornos por 10.5 millones de dólares para conseguir contratos de
obras públicas entre el 2010 y el 2014. Según información de la agencia
Reuters, dichos pagos irregulares generaron beneficios por más de 39 millones
de dólares para Odebrecht.
En México, mientras el gobierno trata de limpiar la
imagen del país a través de una serie de reformas, los escándalos de corrupción
siguen aumentando y la calificación de aprobación del presidente está en su
nivel más bajo, indica el informe de Transparencia Internacional. La encuesta
de Grupo Reforma mostró 12% de aprobación a la gestión del presidente Enrique
Peña Nieto, a principios de enero.
Uno de los casos más relevantes es el de República
Dominicana, que ocupa el lugar número 120 en el Índice de Percepción de la
Corrupción 2016, en donde Odebrecht llegó a influir en el presupuesto nacional
y en la aprobación financiera de diversos proyectos. Según información de
Reuters, funcionarios del gobierno dominicano e intermediarios recibieron más
de 92 millones de dólares en pagos irregulares entre el 2001 y el 2014,
generando beneficios de más de 163 millones de dólares para Odebrecht.
Además del escándalo provocado por los Panama Papers,
Panamá, que figura en el lugar 87 del listado de Transparencia Internacional
también fue una de las naciones cuyos funcionarios recibieron sobornos por
parte de Odebrecht. Entre el 2010 y el 2014, Odebrecht pagó sobornos
superiores a los 59 millones de dólares a funcionarios gubernamentales e
intermediarios para asegurar, entre otros, contratos de obras públicas, afirma
Reuters.
Para Transparencia Internacional, la revelación de los
Panama Papers en abril del 2016 y la retribución de 3,500 millones de dólares
por parte de Odebrecht a los países en los que fue acusada de corrupción son
señales de que la lucha contra la corrupción en América Latina va por buen
camino.
Argentina ocupa el quinto lugar entre los países que
recibieron sobornos por parte de la brasileña Odebrecht y se ubica en el número
95 dentro del Índice de Percepción de la Corrupción 2016. Según información de
Reuters, Odebrecht entregó más de 35 millones de dólares en pagos a intermediarios
con el convencimiento de que serían enviados en parte a funcionarios
gubernamentales. Estos pagos estuvieron vinculados con la concesión de por lo
menos tres proyectos de infraestructura que le dejaron a la constructora
beneficios por alrededor de 278 millones de dólares
Según información de AFP, la subsecretaria adjunta del
Departamento de Justicia estadounidense afirmó que Odebrecht había utilizado
una unidad de negocios oculta y funcional, que pagó sistemáticamente centenas
de millones de dólares a funcionarios corruptos en países de tres continentes.
En Colombia, país que ocupa el lugar 90 en el índice de Transparencia
Internacional, la llamada División de Operaciones Estructuradas de Odebrecht se
aseguró contratos de obras públicas entre el 2009 y el 2014, los cuales
generaron beneficios superiores a los 50 millones de dólares.
Ecuador, Perú y Guatemala completan la lista de los
países latinoamericanos que recibieron sobornos por parte de la constructora
brasileña. En el caso de Perú, que está más 20 lugares arriba de México en el
conteo de Transparencia Internacional, Odebrecht efectuó pagos irregulares por
29 millones de dólares para garantizar la adjudicación de contratos de obras
públicas entre el 2005 y el 2014. En Ecuador, que sólo está dos lugares arriba
de México, los funcionarios recibieron más de 33.5 millones de dólares de parte
de Odebrecht, lo que resultó en beneficios económicos para la brasileña de más
de 116 millones de dólares.
Venezuela y Guatemala son los únicos países que se
posicionaron por debajo de México en el Índice de Percepción de la Corrupción
2016 y cuyos funcionarios recibieron sobornos por parte de Odebrecht.
Venezuela, lugar número 166 en el conteo de Transparencia Internacional,
recibió de la brasileña alrededor de 98 millones de dólares para obtener y
mantener contratos de obras públicas. Mientras que en Guatemala, lugar número
136, Odebrecht se aseguró contratos de obras públicas gracias a pagos de unos
18 millones de dólares a funcionarios gubernamentales, de acuerdo con Reuters.
Según Transparencia Internacional, son los ciudadanos
quienes deben ejercer presión sobre los líderes para que las instituciones de
los países latinoamericanos sean más transparentes y responsables. Las
autoridades de todos los países deberían intensificar sus esfuerzos para
impedir que los poderosos líderes corporativos y funcionarios públicos se
salgan con impunidad de actos de corrupción, explica la organización.
La relación entre la corrupción y la desigualdad fomenta
la demagogia, refiere Transparencia Internacional. Un ejemplo es Donald Trump,
quien ha prometido acabar con la corrupción y los privilegios que ostenta la
clase política estadounidense. Cada vez más, la gente está recurriendo a
líderes demagogos que prometen romper el ciclo de corrupción y privilegios,
afirma el informe.
índice de percepción de la corrupción 2016 Ver
infografía. El Economista.
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