Quedó detenido, y al cabo de unos días se dio el lujo de escapar por la puerta principal de una comisaría sin que nadie lo notara. El caso ocurrió en la ciudad de Mendoza capital, donde un delincuente se aprovechó de un descuido de los guardias y logró recuperar la libertad de la manera más insólita. El protagonista del hecho es Marlo Ocien Gamarra, un ciudadano peruano de 34 años que había sido detenido el sábado luego de que su mujer lo denunciara por golpes y por haber sido retenida en su propia casa. El agresor había sido imputado por lesiones leves dolosas calificadas por mediar violencia de género en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada. Así y todo, el escape se produjo en la madrugada del miércoles. Gamarra se encontraba detenido en la Comisaría 3ª. Cerca de las cuatro de la mañana, el hombre de 34 años notó que la puerta del calabozo no había sido cerrada con llaves. Al notar el descuido, Gamarra esperó que el guardia de seguridad acudiera al baño para así abrir la puerta y escapar de manera sigilosa. Una vez que el efectivo regresó a su puesto, vio que el calabozo estaba vacío y alertó a las unidades de la zona. Sin embargo, nadie pudo encontrar al sujeto de 34 años. La causa quedó a cargo de la fiscal Susana Muscianisi, quien ordenó la captura del detenido, que justo el mismo miércoles iba a ser trasladado al penal de Boulogne Sur Mer. Además, la fiscalía ordenó una investigación para determinar las responsabilidades y posibles colaboraciones de los guardias de turno en la fuga del delincuente. La causa contra los agentes fue caratulada como "favorecimiento y causación negligente de la evasión". En tanto, la mujer de Gamarra fue informada de la fuga y se le brindó un servicio de vigilancia en su casa.
Quedó detenido, y al cabo de unos días se dio el lujo de escapar por la puerta principal de una comisaría sin que nadie lo notara. El caso ocurrió en la ciudad de Mendoza capital, donde un delincuente se aprovechó de un descuido de los guardias y logró recuperar la libertad de la manera más insólita. El protagonista del hecho es Marlo Ocien Gamarra, un ciudadano peruano de 34 años que había sido detenido el sábado luego de que su mujer lo denunciara por golpes y por haber sido retenida en su propia casa. El agresor había sido imputado por lesiones leves dolosas calificadas por mediar violencia de género en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada. Así y todo, el escape se produjo en la madrugada del miércoles. Gamarra se encontraba detenido en la Comisaría 3ª. Cerca de las cuatro de la mañana, el hombre de 34 años notó que la puerta del calabozo no había sido cerrada con llaves. Al notar el descuido, Gamarra esperó que el guardia de seguridad acudiera al baño para así abrir la puerta y escapar de manera sigilosa. Una vez que el efectivo regresó a su puesto, vio que el calabozo estaba vacío y alertó a las unidades de la zona. Sin embargo, nadie pudo encontrar al sujeto de 34 años. La causa quedó a cargo de la fiscal Susana Muscianisi, quien ordenó la captura del detenido, que justo el mismo miércoles iba a ser trasladado al penal de Boulogne Sur Mer. Además, la fiscalía ordenó una investigación para determinar las responsabilidades y posibles colaboraciones de los guardias de turno en la fuga del delincuente. La causa contra los agentes fue caratulada como "favorecimiento y causación negligente de la evasión". En tanto, la mujer de Gamarra fue informada de la fuga y se le brindó un servicio de vigilancia en su casa.
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