Septiembre 09, 2017 12:00 AM
¿Está preparado Yucatán para sismos y súperhuracanes?
Son las 11:49 de la noche de un jueves y la noticia hasta ese momento son los huracanes que recorren las
cálidas aguas del Océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México. De pronto, una sensación de aparente mareo invade a muchos
de los habitantes de Mérida, no lo saben, pero se trata de un sismo cuyo epicentro está a casi 750 kilómetros de distancia, pero
cuya magnitud de 8.2, logró algo hacer sentir que muchos yucatecos no imaginaban.
De inmediato, en las redes sociales corren como onda expansiva los mensajes sobre este fenómeno muy inusual en la región
pero que en años pasados se habían sentido de manera aislada.
"¿Lo sintieron?" "¿Tembló?" Eran las preguntas constantes en Twitter y Facebook de personas incrédulas y cuya pregunta era
respondida un par de minutos después por el Sismológico, un movimiento de intensidad 8.2, considerado el más fuerte desde
aquel de 1985 que destruyó la Ciudad de México.
Según reportes, en el estado, el movimiento se sintió con una intensidad de magnitud 3 o 4, y sólo en algunas partes de la capital
como el centro, norte y parte del poniente, y sin daños materiales que lamentar, sólo sustos.
Sin embargo, ante este inusual evento surgen preguntas como qué tan probable es volver a vivir en la entidad este tipo de
fenómenos, y si las estructuras podrían soportarlos.
El reglamento de construcciones (que data de 2014) para el Estado de Yucatán, no contempla normas sobre actividad sísmica para
la entidad ya que la Península a pesar de su cercanía con Oaxaca y Chiapas, dos estados en donde se generan la mayoría de los
epicentros de los sismos en las placas de Cocos, Norteamericana y del Caribe, no es considerada una zona sísmica.
Al respecto, el ingeniero Francisco Poot, especializado en ingeniería estructural me lo corrobora. Debido al tipo de suelo, la
Península de Yucatán no es considerada zona sísmica ya que el subsuelo es de roca caliza, que tiene gran rigidez, lo que provoca
una baja sismicidad, contrario a lo que pasa en la Cuidad de México en donde el suelo blando provoca un factor de amplificación 10
veces mayor a las fuerzas del sismo.
El sismo de anoche se sintió por la energía liberada y por la gran magnitud, sin embargo, es muy poco probable que un evento
similar suceda pronto.
Ahora bien, si el reglamento de construcción no contempla este tipo de fenómenos, en el más improbable de los casos,
¿estaríamos seguros?
La respuesta es: involuntariamente sí
Al construir edificios que soporten huracanes, se está preparado involuntariamente para sismos, ya que los fuertes vientos de los
ciclones generan vibraciones tan fuertes o incluso más violentas que la de los movimientos telúricos, aunque no se tiene el dato
de hasta qué magnitud podrían soportar.
Además, la CFE y algunas empresas tienen como norma construir estructuras e inmuebles que soporten los embates de la
naturaleza como huracanes y terremotos.
Y la siguiente pregunta que me viene a la mente. ¿Pueden las estructuras soportar violentos huracanes como Irma?
Según las normas, las naves industriales, edificios y letreros tienen que soportar vientos de hasta 260 kilómetros por hora, sin
embargo, las rachas del devastador huracán Irma que en días pasados destruyó el 90% de la Isla Barbuda, superaron los 250
kilómetros por hora, y bajo esta normatividad, el estado estaría a merced de la naturaleza, aunque como me explica Francisco,
desde el huracán Gilberto, se tomaron medidas en la normativa para considerar un evento como este.
Y en cuanto a vivienda, la norma establece que debido a su baja altura y rigidez, las casas sólo soportan vientos de 170 kilómetros
por hora, casi la mitad de intensidad que un huracán categoría 5, lo que nos hace pensar que durante un evento así, lo mejor sería
salir de la ciudad o buscar un refugio.
Con Información de Sipse
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA