Febrero 14, 2019 12:00 AM

El ser humano aún es mejor que la inteligencia artificial: investigador

Ulises Cortés, catedrático reconocido por gobierno del país como mexicano distinguido

El doctor Ulises Cortés es catedrático mexicano, miembro del departamento de Ciencias de la Computación de la Universitat Politècnica de Catalunya y uno de los 31 mexicanos a los cuales el gobierno del país ha otorgado el reconocimiento de mexicano distinguido. El año pasado recibió el galardón por su trayectoria en la investigación de la inteligencia artificial, como responsable del grupo de Inteligencia Artificial de Alto Rendimiento del Barcelona Supercomputing Centre-Centro Nacional de Supercomputación.

En entrevista exclusiva con La Jornada Maya, el doctor Ulises Cortés habla sobre los avances de la inteligencia artificial, las discusiones éticas en torno a ésta, el panorama de la ciencia en México y lo que hace falta para consolidar el ámbito en el país.

¿Cuál es la principal diferencia entre la inteligencia artificial y la inteligencia animal?
Hay muchos tipos de inteligencia animal y uno de ellos es la humana. En el momento actual, el estudio de la inteligencia artificial trata de hacer una cosa que sea mimética, como son las inteligencias animales. Hay quien intenta imitar la cognición de una hormiga o de la abeja. Cada una se dedica a investigar distintos fenómenos del intelecto para que podamos descubrir qué es la inteligencia globalmente. Si solo usamos máquinas con las mismas capacidades de nosotros, aprenderemos mucho pero no lograremos mejorar. Si queremos que exista un diálogo entre un hombre y una máquina, tenemos que entendernos y esperar a que la máquina pueda reaccionar por sí misma para hacer ciertos tipos de tarea. Tampoco es cercana la idea de que la inteligencia artificial que produciremos será general. Estamos desarrollando máquinas que son mucho mejores que cualquier humano para cierto tipo de problemas particulares. Pero a la hora de buscar una máquina que sea mucho mejor que un humano en muchas tareas, vemos que todavía no se ha dado.

Cuando salen noticias de los avances de la inteligencia artificial, como hace unos días que se dio a conocer que una máquina había completado la sinfonía inacabada de Schubert, surgen comentarios señalando que ésta sustituirá la creatividad, ¿qué opina sobre esto?
Hay una parte de amarillismo y conmoción en los periodistas cuando toman la parte extremista de los científicos. Ahora nadie está planteando sustituir al animal, sino que se busca que las máquinas realicen tareas muy definidas y que en ciertos entornos muy definidos puedan tomar decisiones. No se trata de tener a la máquina en el centro, sino que sea una herramienta más para que los humanos podamos hacer más cosas o podamos mejorar capacidades para hacer cosas, pero siempre como apoyo. Los humanos somos muy buenos construyendo herramientas: desde la primera piedra que utilizamos para cazar a un animal y comerlo, hasta cosas más complejas como la escritura, la computación. Son apoyos que nos ayudan a mejorar. Es cierto que hay gente que las ha utilizado de manera negativa, en específico las armas que se crearon para cocinar y ahora son usadas para matar a otras personas. Esto no significa que la herramienta sea mala sino que la utilizamos mal. La inteligencia artificial tiene el riesgo potencial de ser empleada para el mal pero, igual que la energía nuclear, no depende del invento sino de la intención. Habría que ser cuidadosos a la hora de explicarle al público las capacidades de la inteligencia artificial.

¿En qué momento de la historia estamos, tomando en cuenta los avances científicos?
Estamos en lo que se llama Revolución Digital. Muchos gobiernos y empresas nos llevan hacia un mundo conectado a través del internet. La mayoría de la transmisión de información y los contenidos están en formato digital y ahí la inteligencia juega un papel muy importante. La cantidad de información que se genera no es fácil de organizar para un solo individuo, entonces requerimos de una ayuda y esa ayuda son los algoritmos de la inteligencia artificial.

Actualmente se discuten mucho los aspectos éticos de varios campos, ¿hay alguna discusión ética en la ciencia y la tecnología? ¿cuáles serían las más importantes?
Hay muchísimas. En específico hay dos iniciativas para la ética de la inteligencia artificial. Una es de Estados Unidos, que el pasado diciembre lanzó un draft de cómo debería ser la inteligencia artificial, diseñada con principios característicos. Muchas personas han pensado sobre el tema. Hay gente que piensa que la inteligencia artificial puede ser peligrosa para los humanos, entonces se han tomado decisiones y actualmente están surgiendo cosas. En Europa hay una idea para hacer que la inteligencia artificial, desde el diseño, cumpla con los lineamientos éticos y que respeten los aspectos legales de género y equidad.

¿Podría contarnos un poco de la máquina con la que trabaja en Barcelona?
Trabajo en el Centro Nacional de Supercomputación, que tiene una de las computadoras más grandes que hay en Europa, y la número 25 más grande del mundo. Para que te des una idea, si tú juntaras la potencia de todas las máquinas para hacer una super computadora en México esta alcanzaría un petaflops, una unidad de medida para las instrucciones por ciclo [operaciones de coma flotante por segundo del rendimiento de una computadora, especialmente en cálculos científicos]. La nuestra tiene como siete petaflops. Una parte está dedicada a la inteligencia artificial y programas que requieren mucha cantidad de cálculos y datos. Este centro de formación de conocimiento es muy importante y México tiene una conexión singular con él. Hay mexicanos trabajando aquí, como yo, algunos becados por el Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), intitución a la que debemos reconocer muy encarecidamente porque siempre ha ayudado a que los investigadores trabajen con nosotros.

Ahora que menciona el Conacyt, se dio a conocer que una de las medidas del nuevo gobierno es la suspensión de la Agencia Conacyt, que se dedicaba a divulgar las investigaciones y conocimiento generados por los investigadores, ¿qué opina al respecto?
Entiendo que el Conacyt se está reorganizando y está entrando otro proyecto. Hay que ver cómo es. Hay muchas noticias pero es difícil opinar cuando hay varias cosas que se están trabajando. Sería arriesgado que México renunciara al organismo de la comisión científica, no creo que lo haga. se está produciendo una reorganización y hay que esperar. Lo veo desde España, pero no se puede prejuzgar una decisión hasta que se ejecute.

Estamos en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿cómo ve la participación de las mujeres en las carreras STEM?
Muy baja. Creo que la brecha se tiene que reducir, no creo que haya una paridad del 50 por ciento exacta. La gente puede estudiar lo que quiera, pero tenemos que hacer un esfuerzo enorme para que la ciencia y la tecnología sean atractivas para las niñas. Que profesores y profesoras sean entusiastas y conocedores de la ciencia, que estemos informados de la ciencia de hoy en día, no sólo de hace 100 años. Si los profesores de primaria y secundaria no tienen los conocimientos básicos y no son capaces de explicar las bondades del ámbito para despertar curiosidad, es más difícil que tanto niños como niñas entren a una carrera científica y tecnológica. Hay que hacer más cosas, pero si me preguntas, lo principal es educar a los educadores.

¿Cómo calificaría a México y su aportación a la ciencia?
La ciencia en México tiene gente extraordinaria aunque hay muchas deficiencias. Debemos reconocer que la UNAM, centros de estudio de excelencia como el Cinvestav, el Politécnico Nacional, la Universidad Veracruzana, de Guadalajara, y Baja California tienen grandes centros. México invierte una cantidad enorme de recursos a la educación y Conacyt siempre ha dado becas extraordinarias; aunque quizá no ha alcanzado el nivel óptimo, hace un esfuerzo continuo. Hay 120 millones de personas y una juventud del 30 por ciento. Hay un montón de gente con ganas de formarse. México está por explotar, hay que ver cuál es la política nueva.