Despedían al difunto, de repente un chirrín se cayó a la tumba

“Y comenzó la guerra, quienes aspiran a figurar en las boletas de las elecciones del 2024 se tiran hasta con la cubeta.”

En nuestra región los conocemos como “chirrines”, en el centro y otras zonas del país les llaman “fara-fara”, al final de cuentas es lo mismo, son grupos musicales que interpretan canciones del género norteño que utilizan como principales instrumentos el acordeón, el bajo sexto, el tolochoche y la tarola. Su presencia es muy socorrida en fiestas familiares, en cantinas, en restaurantes de playa, serenatas, y en los panteones, a la hora de despedir a algún ser querido, o en el Día de Muertos.

Un primo nuestro, habitante del norte de Sinaloa, “El Chito Cota” tuvo una época en que le entró a la tocada, formó un grupo de “chirrines, donde él era guitarrero y primera voz, contrató a un indio del pueblo de San Isidro para el acordeón, tocaba muy bien “la cochi”.

En las fiestas no había problema, pero cuando los contrataban para tocar a la hora de sepultar a alguien, se ponía muy nervioso ante la tumba, las piernas le temblaban y las corvas se le doblaban cuando los dolientes soltaban el llanto. Llegó la hora de depositar el féretro en el lecho de la tumba, cuando pidieron Las golondrinas, los asistentes al sepelio lanzaban puños de tierra sobre el ataúd y lloraban a todo pulmón. El acordeonero se encontraba tocando muy cerca del quicio de la fosa, con gran sentimiento, de pronto las corvas se le doblaron y se desvaneció por el llanto de la gente, se fue sin que nadie lo detuviera hasta el fondo de la tumba.

Cayó arriba de la caja del muerto, pero muy rápido lo rescataron, salió con una cruz de tierra dibujada en el sombrero, Te vas ángel mío, le gritaba la gente, “Yo no, yo no” –respondió asustado- “El que se va, es Tarquino”….¡Qué golpe tan duro!.

Publicado por:NOTICIAS DE YUCATÁN