En algunos de los videos, los cuales fueron luego borrados de su cuenta, se puede ver incluso a algunos asistentes, los cuales son llamados para actuar como bailarines de sus números
La doctora Windell Boutte saltó a la fama por sus videos en los cuales cantaba y bailaba en pleno quirófano antes de realizar una cirugía. Sin embargo ahora se encuentra denunciada por varios pacientes por mala praxis, dejando a uno de ellos con problemas cerebrales.
En su canal de Youtube, se podía ver a la doctora, radicada en el área de Atlanta y con un certificado para cirugía cosmética mientras actúa para las cámaras en la sala de operaciones, en ocasiones con escalpelo en mano pero sin cubrebocas o guantes de látex, algo que pone en riesgo la asepsia que debería reinar en el lugar.
En algunos de los videos, los cuales fueron luego borrados de su cuenta, se puede ver incluso a algunos asistentes, los cuales son llamados para actuar como bailarines de sus números.
Hasta el momento, la doctora enfrenta cinco demandas pendientes de resolución por mala praxis. Además, ha logrado llegar a un acuerdo para cerrar otras cuatro demandas. En las denuncias se le acusa de provocar infecciones, desfiguramientos e incluso daño cerebral, esto pese a que es nombrada como una doctora reconocida en su campo.
Por mucho, el caso más grave es el de Icilma Cornelius, quien sufrió un paro cardiaco y daño cerebral permanente por un procedimiento mal realizado por Boutte. El incidente ocurrió hace dos años y medio, cuando acudió a la doctora para hacerse algunos pequeños procedimientos de belleza previo a su boda.
Las irregularidades comenzaron desde el momento de dormir a la paciente, cuando el equipo de la doctora decidió utilizar un coctel formado por propofol y fentanilo en lugar de anestesia. Más de ocho horas después, la clínica de Boutte decidió llamar a una ambulancia pues la mujer había sufrido un infarto.
Cuando llegaron los paramédicos los problemas continuaron, pues la paciente tuvo que ser bajada por las escaleras pues la camilla utilizada no cabía en el ascensor. En ese momento Cornelius estaba esencialmente muerta.
Finalmente, la víctima logró ser revivida, sin embargo los daños que sufrió por la falta de oxígeno en el cerebro la dejaron inválida de por vida. El caso se cerró por una cantidad no determinada.