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Mayo 05, 2025 12:00 PM
De Jurassic Park a la clonación humana: polémica por la ‘desextinción’ de lobos terribles

De Jurassic Park a la clonación humana: polémica por la ‘desextinción’ de lobos terribles

La doctora Ella Vázquez se enteró de la noticia a principios de abril a través de un post en X: se había logrado la ‘desextinción’ del lobo terrible. La especie que pisó la Tierra hace más de 10 mil años estaba de vuelta.

El mensaje iba acompañado de la portada de la revista Times protagonizada por un ejemplar de pelaje color hueso mirando directamente a la cámara, como si supiera que está siendo fotografiado. La palabra extinción fue tachada a propósito en el diseño.

Como investigadora del Laboratorio de genética y ecología de la UNAM enfocada en temas de biología evolutiva, la noticia le despertó preguntas de inmediato. Lo que sintió después de conocer más al respecto fue una profunda decepción. Cuando tuvo oportunidad de discutir los resultados con sus colegas, lo tomaron con ironía. Ahora todos se cuestionan qué tan riesgoso podría resultar.

“Primero nos moríamos de la risa, luego nos moríamos del susto. Nos da miedo”, comparte en una entrevista con MILENIO.

¿Realmente se puede ‘desextinguir’ a una especie?

“La extinción es un problema colosal al que se enfrenta el mundo”, se lee en la página oficial de Colossal Biosciences, la empresa encargada del nacimiento de Khaleesi, Rómulo y Remus, los tres ejemplares de la especie ‘desextinta’.

El lobo terrible, conocido como Canis dirus, habitó hace miles de años en lo que hoy se conoce como América del Norte. La pérdida de su fuente principal de alimento y la competencia con otros depredadores se vieron agudizadas por el cambio climático que experimentó el planeta al finalizar la era de hielo, lo que finalmente lo llevó a su extinción.

Ahora, en un mundo diametralmente distinto al de hace 10 mil años, un laboratorio se planteó traerlos de nuevo a la vida, con el propósito de “desarrollar nuevas herramientas capaces de potenciar la conservación y el manejo responsable de especies, tanto existente como funcionalmente extintas ” según señalan en el informe de Alineación de la des-extinsión de Colossal.

Todo comenzó con la labor de un equipo internacional de más de 50 científicos, quienes examinaron 46 restos fósiles de lobos terribles en busca de ADN.

Al obtenerlo, secuenciaron el genoma, una práctica que ha sido implementada desde más de una década en las investigaciones biológicas y que consiste, a grandes rasgos, en ‘leer’ las instrucciones genéticas que determinan ciertos atributos y permiten a un organismo mantenerse vivo.

De acuerdo con Colossal, su equipo partió de esta información y logró obtener setenta veces más datos sobre el genoma de la especie extinta, mismos que utilizaron en una técnica avanzada de edición genética para modificar 14 genes en 20 lugares específicos del ADN de un lobo gris común.

La segunda parte del ambicioso proyecto fue hacer que ese código diera forma a una vida. Fue por ello que, mediante un proceso de ingeniería genética y reproducción asistida insertaron las células editadas en óvulos caninos.

Una vez creados los embriones genéticamente modificados, fueron implantados en perras de razas grandes, cuidadosamente seleccionadas para la gestación. Tras 62 días de embarazo, nacieron los primeros cachorros.

“Colossal ha logrado un avance científico histórico al crear el cánido más editado genéticamente del mundo”, señala su sitio web, mientras en sus redes comparten edits y memes de Khaleesi, Rómulo y Remus.

Sin embargo, aunque el avance tecnológico resulta revolucionario, diversos especialistas rechazan que sea equivalente a una desextinción. Más que lobos terribles, los jóvenes carnívoros de escasos meses de edad son considerados un tipo de híbrido.

“Estamos muy, muy, lejos aún para pensar en la desextinción. No se ha desextinguido ninguna especie”, comenta Ella, especialista que actualmente labora en el Instituto de Ecología.

Bajo este sentido la Dra. Ella asegura que hay un consenso entre científicos respecto a este proyecto: no tiene ningún sentido.

“Pensar que vamos a ver mamuts o tigres de Sable en Norteamérica, u osos perezosos gigantes caminando por Sudamérica no tiene sentido. Para empezar, no tienen el contexto natural ecosistémico en el que se desarrollaban. Es un absurdo”, ataja.

Actualmente Colossal ya se encuentra trabajando para lograr la reaparición del dodo y el mamut lanudo. De lograrlo, ¿qué destino les esperaría? Probablemente compartan el mismo que el de los lobos terribles.

Actualmente no se tiene contemplado que los tres ejemplares sean reintroducidos a la naturaleza, están destinados a pasar sus días en un terreno delimitado de 810 hectáreas ubicadas en Estados Unidos, aunque el punto exacto ha sido reservado. La Dra. Ella considera está medida como un acierto.

“Imagina el impacto que podría tener soltarlo en donde se distribuye el lobo gris, el lobo rojo, especies de lobo nativas de Norteamérica. No tendríamos ni por donde empezar a imaginarnos las consecuencias. Desde que los suelten y se mueran hasta el desplazamiento de especies. Pueden ser miles de efectos. El potencial impacto ambiental puede ser muy, muy grande si no se maneja con cuidado”, agrega.

¿Cómo pensar la ‘desextición’ a largo plazo?

Hace millones de años los lobos terribles y las especies que se conocen hoy en día —incluido el linaje más cercano— tomaron caminos evolutivos distintos. El ‘rediseño’ genético permitió devolver a Khaleesi, Rómulo y Remus algunas de las características de la especie extinta, atributos que ningún humano había visto antes y que ahora pueden ser apreciadas en redes sociales.

No solo es el color de su pelaje, apenas tienen seis meses y ya miden 1.20 metros de largo (se espera que en edad adulta alcance los 1.80 metros). Además, sus cráneos y sus patas son mucho más anchos.

Más allá de su apariencia, y como plantea la bióloga, aún se desconoce si las alteraciones realizadas podrían tener otras repercusiones y detonar en enfermedades, problemas respiratorios o afecciones degenerativas.

“Es un ser vivo al que se le movieron cosas y seguramente no hay manera de predecir las posibles consecuencias”.

¿Qué aplicaciones podría tener este avance?

A pesar del gran debate que ha desatado la noticia, hay un punto a su favor: la novedosa tecnología que se está implementando para clonar, “quitar, meter o cambiar genes” ya que podría ser la llave no sólo para salvar especies, sino también para encontrar nuevos tratamientos médicos.

“La tecnología es muy interesante, todos estamos de acuerdo con eso”, celebra la bióloga.

Pensando solo en el ámbito de conservación, hay diversas posibilidades que ni siquiera contemplan traer de vuelta a los dinosaurios u otro tipo de animal extinto. Por ejemplo, en los últimos años el demonio de Tasmania ha experimentado serios problemas de salud: un tipo de cáncer que se contagia por mordeduras ha provocado que disminuya su población de manera alarmante, conocida como la enfermedad del tumor facial que causa tumores en rostro y boca.

“Podríamos enfocar esta tecnología para hacer cambios genéticos que pudieran ayudar a controlar dicha enfermedad y que no afecte a los animales”, plantea la investigadora.

Otro ejemplo a escala mundial es el de un hongo que detona una enfermedad mortal, la quitridiomicosis, en los anfibios de todo el planeta. Hoy en día, ya existen esfuerzos para ayudar a que las ranas y sus demás parientes puedan hacerse resistentes al hongo, por lo que la clonación y modificación genética plantea una herramienta poderosa.

No obstante, Vázquez Domínguez aprovecha para añadir una de sus preocupaciones: hasta ahora, no ha encontrado ningún artículo científico que presente el método y los resultados del laboratorio.

“No hay una publicación científica que lo respalde con la que se haya evaluado lo que hicieron; la ciencia se evalúa, por eso publicamos nuestros resultados en una revista de prestigio que tiene una revisión por pares que evalúa ese trabajo (...) La parte tecnológica suena muy interesante, pero no sabemos cómo lo hicieron, no tenemos manera de comprobarlo”

La investigadora también pone sobre la mesa las implicaciones sobre el uso comercial de este tipo de avances. Basta recordar lo que ocurrió con las vacunas contra Covid-19.

“La generación de vacunas fueron procesos de edición genética ¿Qué pasó? Las empresas generaron la tecnología y la vendieron. Ahora es propiedad privada y no podemos vacunar a todo el mundo”.

A título personal, la doctora comparte otro de sus temores: el uso de la clonación genética en seres humanos. No le resulta difícil imaginar un escenario en el que se pretendiera realizar clonaciones y modificaciones en personas.

“Puede ser con fines médicos, pero creo que se presta para hacer cosas nada éticas. Me asusta pensar en lo que se puede hacer, como pasó con la bomba atómica. Las posibilidades son amplias”

¿En qué lugar se encuentra México?

México lleva años trabajando en el mejoramiento de cultivos silvestres como el maíz o el frijol, modificaciones en el genoma que les permiten ser más resistentes a ciertas condiciones sin poner en riesgo la diversidad.

Además, también se han diseñado investigaciones enfocadas en el conocimiento del genoma humano, por otro lado, la tecnología implementada en instituciones como la UNAM ya apuesta por conocer el ADN ambiental, una área que promete contribuir en la descontaminación del agua o en la limpieza en acuíferos.

Respecto a la clonación, si bien resulta atractiva como una medida para frenar la extensión de especies altamente vulnerables, como la vaquita marina, probablemente la apuesta más viable para su rescate se encuentra en otras áreas y no necesariamente en la genética, ya que aunque se pudieran replicar una o diez de ellas, las razones que la han puesto en riesgo seguirán ahí.

Mientras tanto, valdría la pena preguntar si un escenario como el de Jurassic Park podría verse fuera de las pantallas.

Publicado por:NOTICIAS DE YUCATÁN

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Admin Mayo 05, 2025 12:00 PM TECNOLOGÍA

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