Al menos 18 personas han quedado heridas, tres de ellas graves, cuando una furgoneta ha invadido la acera y ha impactado contra la multitud en pleno centro de Shanghái, en un suceso que la Policía ha atribuido a un accidente de tráfico. Según ha informado la prensa local, el vehículo, que transportaba bombonas de gasolina, estaba en llamas ya antes de irrumpir en la zona peatonal.
El incidente ocurrió en torno a las 9 de la mañana locales (2 de la madrugada en España) frente a un concurrido Starbucks en la Plaza del Pueblo, donde se encuentran varias dependencias del Ayuntamiento de Shanghái y una de las zonas más transitadas de la capital económica china.
Según la versión de la Policía, al parecer el conductor, empleado de una fábrica de productos metálicos, transportaba de modo ilegal la gasolina cuando encendió un cigarrillo que prendió fuego al vehículo. Asustado, perdió el control de la furgoneta y la estrelló.
El conductor, precisa un comunicado de la Policía, se apellida Chen, tiene 40 años, procede de la vecina provincia de Jiangxi y carece de antecedentes penales.
Una testigo apellidada Qian ha declarado al digital chino The Paper, con sede en Shanghái, que en la furgoneta viajaban seis personas. Tras el impacto el conductor se encontraba inconsciente y varias personas en la vecindad rompieron con piedras las ventanillas para poder sacar a los ocupantes. Todos los heridos fueron trasladados a diversos hospitales, sin que se tema por sus vidas.
Aunque la versión de la Policía subraya que en este caso se ha tratado de un incidente, se han dado casos en el pasado en los que ciudadanos en busca de venganza por algún perjuicio, real o sentido, perpetraron actos similares.
En octubre de 2013, un todoterreno en el que viajaban tres miembros de la minoría uigur, de religión musulmana, y que transportaba bombonas de gas, arrolló a varias personas en la plaza pekinesa de Tiananmen antes de estrellarse junto a la Ciudad Prohibida. Cinco personas murieron en el incidente, que Pekín calificó de acto de terrorismo. Según el Gobierno chino, los ocupantes del vehículo pertenecían a una organización separatista que busca la independencia de Xinjiang, la provincia en el noroeste de China hogar de los uigur. El País.