Abril 30, 2018 08:00 PM
Ava Gardner: la vida, la fama, los amores, el desenfreno y el ocaso de el animal más hermoso del mundo
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más hermoso
del mundo
Muchos
hombres pasaron por su vida, pero jamás olvidó al amor volcánico y eterno:
Frank Sinatra
Todo. La historia y
la leyenda. Todo empezó con la foto de una campesina colgada en la vidriera de
un estudio fotográfico en la Quinta Avenida. De New York, claro.
La foto, en blanco y
negro, no revelaba los ojos de la mujer: verdes como el trigo verde, y el
verde, verde limón, como escribió Federico (García Lorca, sí).
Pero en su caso y
por cuanto sucedería en adelante, verdes como las esmeraldas. Aquellas tan
caras y tantas, que ni siquiera recordaba cuántas había perdido después de una
noche de juerga. De las mil noches y una noche de fandango, palmas, taconeo,
gin, vodka y sexo en aquella España negra de los 50, del aterrador Generalísimo
de voz de pito y menos piedad que una serpiente, de censura asfixiante, y de un
Miguel de Unamuno que se murió de pena en una mazmorra por el pecado mortal de
pensar
y decirlo.
Pero vamos mucho más
atrás
Una de ellas,
Barnard Duhan. Oficio: cazatalentos de la Metro Goldwyn Mayer. Algo así como un
embajador del Paraíso Terrenal
Que pregunta quién es esa chica, la encuentra,
la cita, y Ava sale de allí
¡con un contrato de siete años!
Pero primero, clases
de arte dramático y de dicción, porque su acento del sureste norteamericano y
la pantalla de plata son enemigos irreconciliables.
En su filmografía
50 películas en 44 años de carrera, tímida, ignota, aparece la primera: Joe
Smith, American, 1942. Año en que no es más que una partiquina con una ficha
que dice "Ava Lavinia Gardner, un metro setenta, 925092". Todavía
faltaba mucho para que un periodista del show business llevara a letras de
molde la célebre definición: "Es el animal más hermoso del mundo".
Pero pronto, a la
mejor manera de Hollywood, dos matrimonios. Con Mickey Rooney que sería un
ícono: actuó desde niño casi hasta los 94 años que vivió, y con el rey del
clarinete
Parejas fugaces: un
año cada una. Pero un lustro más tarde, en 1951, boda con el hombre de su vida.
Para bien. Para mal. Para desatar tormentas atronadoras y escándalos récord.
Para amarse, odiarse, volver a amarse, no olvidarse jamás.
Boda con Frank
Sinatra. Ninguno de los dos volvió a repetir una pasión tan brutal. De ríos de
alcohol. De sexo irrepetible según ambos. Pero imposible de sostenerse en el
tiempo. Frank fue exacto en explicarlo:
No podíamos seguir
porque somos demasiado parecidos.
Le faltó completar
la definición: "en la locura".
El territorio definitivo (cielo e infierno) fue España.
Fuente:infobae.com
Publicado por:NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA