Enero se despide con este fenómeno, mismo que no ocurre desde 1982 en el que se juntará una trilogía de eventos astronómicos.
Los habitantes de gran parte del planeta son testigos del eclipse total de la llamada superluna azul, la segunda luna llena del mes y en su posición más cercana a la Tierra.
Este fenómeno se ve desde algunas partes de Australia, Estados Unidos y otros lugares del globo, a excepción de ciertas zonas en Europa y Suramérica, y se calcula que no ocurre desde 1982.
Según los expertos, el eclipse total de superluna azul no tendrá ninguna implicación para el planeta.
Los eclipses lunares ocurren cuando la Tierra se encuentra entre el Sol y su satélite, lo que -a diferencia de los eclipses solares- es visible desde cualquier lugar del mundo, una vez la Luna esté sobre el horizonte en el momento del fenómeno con las condiciones propicias.
Durante la totalidad, la luna entera se encuentra dentro del cono de sombra aunque no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza, razón por la que en las redes sociales se la conoce como "luna de sangre".
Esto ocurre porque la Luna refleja la luz roja del sol desviada por la atmósfera terrestre, que solo filtra sus componentes azules.
"La intensidad del color rojo de la luna durante un eclipse dependerá directamente de la cantidad de polvo existente en la atmósfera de la Tierra", explicó en un artículo de opinión el español Ángel López-Sánchez, portavoz del Observatorio Astronómico Australiano (AAO, siglas en inglés).
Hoy 31 de enero se producirá asimismo una "superluna", que es cuando el satélite se encuentra en su órbita en su punto más cercano a la Tierra.
El tercer fenómeno simultáneo en gran parte del planeta es que se tratará de la segunda luna llena del mes -lo que en inglés llaman la "luna azul", aunque no tenga nada que ver con este color-, un fenómeno que ocurre de media cada 2,7 años.