Numerosos especialistas en salud mental, y el editorial del principal periódico local de su pueblo, alertaron que el presidente tiene serios problemas mentales que amenazan al país y al mundo, mientras que continúa la tormenta detonada por sus tuits antimusulmanes del miércoles -incluyendo versiones de que se tomaron medidas de precaución en embajadas estadunidenses por temor de respuestas violentas- y a la vez se reporta extraoficialmente que el presidente expulsará a otro integrante más de su, aún, nuevo gobierno -el secretario de Estado.

El New York Daily, el rotativo local más importante de esta ciudad (el New York Times se considera un medio nacional) y ciudad natal de Trump, publicó un editorial titulado “Donald Trump es un hombre loco”. Argumenta que la última serie de tuits antiislámicos y contra medios confirman lo que un creciente número de estadunidenses sospechan: “El presidente de Estados Unidos es profundamente inestable. Está loco. Está, por cualquier definición honesta de cualquiera, no bien mentalmente”.

Bandy X. Lee, siquiatra forense de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y editor del reciente libro “El peligroso caso de Donald Trump: 27 siquiatras y expertos en salud mental evalúan a un presidente”, escribe en una carta publicada en y destacada por el New York Times, que ahora ya son miles de profesionales en salud mental quienes alertan de “la inestabilidad sicológica del presidente y los peligros que presenta”. Agrega que “estamos atestiguando más que su estado usual de inestabilidad, de hecho, es un patrón de descompensación: creciente pérdida de contacto con la realidad, señales marcadas de volatilidad y comportamiento impredecible, y una atracción a la violencia como un medio para sobrellevarla. Estas características ponen a nuestro país y al mundo en riesgo extremo de peligro”. Lee concluye: “instamos al público y a legisladores de este país a presionar por una evaluación urgente del presidente, por la cual estamos en el proceso de desarrollar un pánel separado pero independiente de expertos capaces de cumplir y llevar a cabo todas las normas de cuidado”.

A la vez, la realidad alterna que Trump nutre a su alrededor todos los días está llegando a niveles que sorprenden hasta a sus propios asesores. En conversaciones privadas con su equipo, y hasta con algunos legisladores aliados, Trump ha retomado su obsesión de hace años sobre la autenticidad del acta de nacimiento de Barack Obama, y también han insistido de nuevo en que perdió el voto popular en la elección por un amplio fraude electoral. Además, está cuestionando la autenticidad de la grabación de sus comentarios sobre cómo él podía tocar los genitales de cualquier mujer porque era famoso y rico que fueron difundidos el año pasado y que admitió que sí era su voz.

Mientras continúa con el diagnóstico sicológico del ocupante de la Casa Blanca, circularon versiones de que Trump se ha hartado de su secretario de Estado Rex Tillerson y, según varias fuentes dentro de la Casa Blanca, será expulsado en las próximas semanas, y reemplazado por el ahora director de la CIA, Mike Pompeo. De acuerdo con el Times -el primer periódico en reportar la noticia- el jefe del gabinete John Kelly está coordinando el plan.

El Departamento de Estado rechazó esas versiones esta tarde informando que el propio Kelly había llamado para asegurar que la noticia no es verídica. Pero Trump no aseguró nada y al ser preguntado si Tillerson se quedaría en su puesto, sólo afirmó que Tillerson estaba hoy en la Casa Blanca.

Las relaciones entre los dos hombres se han deteriorado durante meses. El ex ejecutivo en jefe de ExxonMobil ha expresado diferencias con Trump, provocando la ira de su jefe. En torno a una marcha neonazi en agosto en Charlottesville, Virginia, Tillerson marcó sus diferencias con la posición de apología presidencial, afirmando que “él habla por si mismo”. Fuentes han repetido que Tillerson se ha sentido minado en sus esfuerzos diplomáticos por declaraciones públicas de su jefe, y no ayudó mucho que se reporta que Tillerson se refirió a Trump en una conversación privada como “un imbécil”. Si Tillerson es expulsado pasaría a formarse en una fila cada vez más larga de altos funcionarios cesados u obligados a renunciar por Trump solo en los primeros meses de esta presidencia.

Por otro lado, continuaron por segundo día las condenas y críticas contra Trump por circular videos islamofóbicos creados por un partido ultranacionalista marginal británico. El propio Departamento de Estado advirtió a la Casa Blanca que los retuits de los videos, supuestamente mostrando violencia de musulmanes contra europeos (dos de ellos ya fueron comprobados como falsos) por el presidente, podrían detonar protestas violentas ante embajadas estadunidenses en Medio Oriente, reportó hoy CNN.

Mientras políticos británicos instaron a su primer ministra Theresa May a retirar la invitación oficial a Trump para visitar Inglaterra, se amplió el coro de políticos, defensores de derechos civiles y editorialistas en Estados Unidos que condenaron al presidente por “nutrir el odio”.

La Casa Blanca, la cual insistió ayer que Trump había retuiteado los videos para reiterar su punto de que existe una amenaza del “islam radical”, hoy -en palabras de la vocera Sarah Huckabee Sanders- afirmó que el presidente, al circular los videos por su cuenta de Twitter, solo estaba “elevando la conversación” para abordar una “amenaza real; y eso es la violencia extrema y el terrorismo extremo”.

Al respecto, el Washington Post opinó en su editorial de hoy que la Casa Blanca se expresó correctamente al indicar que los tuits de Trump han enfocado la atención sobre un gran problema nacional: “Pero la amenaza en cuestión no es la representada por una amenaza musulmana imaginada sino por la ideología ultra derechista y anti musulmana”. Indicó que el FBI registra un incremento dramático de los crímenes de odio contra musulmanes en los últimos dos años, llegando a sus niveles más altos desde el 11-S. “La promoción de propaganda maliciosa por el señor Trump arriesga mayor violencia y envalentona a aquellos que desean generar el odio”.

Por otro lado, continúan cayendo hombres poderosos en el mundo de los espectáculos -tanto Washington como Hollywood- ante la ola de denuncias de comportamientos sexuales “indebidos”. Hoy le tocó al legendario empresario del hip-hop, Russell Simmons, quien anunció su renuncia a la empresa de música y cultura que él fundó. El representante republicano por Texas Joe Barton anunció que no buscará la reelección después de que imágenes sobre sus aventuras sexuales fueron compartidas. Los demócratas se voltearon ahora, después de titubear, contra su colega y representante de mayor antigüedad en la cámara baja John Conyers, exigiendo su renuncia tras revelaciones de abuso de poder contra empleadas de su oficina,

En un tuit, alguien comentó que cada vez que hay una alerta noticiosa sobre alguna celebridad, se prepara para otra desilusión más por algún abuso de su poder y que será un alivio cuando sea la noticia de su muerte.