(EFE).- “Todo fue muy rápido”, es lo primero que dice Richard Garay cuando relata la propagación del coronavirus entre más de 25 miembros de su familia, a quienes golpeó sin saber bien el origen del contagio y que terminó cobrándose la vida de su padre.
La pesadilla de esta familia hispana de Los Ángeles (California, EU), de raíces mexicanas nayaritas, comenzó a finales de mayo cuando Richard regresó de trabajar con fiebre, según contó en entrevista telefónica con Efe.
A primeros días de junio, con los síntomas persistentes, el hispano de 26 años fue a hacerse la prueba junto a su padre, el mexicano Vidal Garay, de 60 años. Los resultados salieron positivos y los dos recibieron la orden de aislarse.
Así lo hicieron, juntos en un cuarto para no contagiar a los otros seis miembros de la familia que viven en la casa. “No teníamos energía, no podíamos comer, estábamos mal, pero juntos”, recuerda Richard.
Padre e hijo estuvieron una semana aislados hasta que Richard sintió que “iba a morirse”.
“Le dije ‘apá, no creo que voy a sobrevivir'”, contó con voz entrecortada. Su padre llamó al servicio de emergencia y le aseguró que “todo esto iba a pasar”.
El hermano menor de Richard tuvo que cargarlo hasta la ambulancia. Eso es lo último que recuerda el hispano antes de despertar en un hospital donde el médico le dijo que tenía neumonía y que sus pulmones se estaban llenando de agua.
En la clínica, Richard se enteró de que su padre también tuvo que ser hospitalizado y encima que los resultados positivos se habían extendido en su hogar, incluidos sus dos niños, además de otros familiares que no viven con ellos, entre tíos, primos y su abuelo.
“Ahorita van como 28, falta mi esposa que está esperando el resultado pero ella ya tiene fiebre. Fue la que nos cuidó a todos”, señaló el hispano, quien ya fue dado de alta del hospital aunque aún le cuesta respirar.
Su padre, su compañero de aislamiento, falleció el sábado. Ninguno de sus familiares pudo estar a su lado en sus momentos finales.
¿QUIÉN TRAJO EL VIRUS?
Cómo si sirviera para algo, una pregunta no cesa de repetirse en la familia Garay: ¿Cómo o quién trajo la enfermedad a la casa?
Una posibilidad los lleva al 16 de mayo, cuando se celebró el cumpleaños 60 de Vidal Garay. Del festejo sólo fueron parte las ocho personas que viven en la casa y un mariachi que, según Richard, mantuvo la distancia, aunque ninguno de los participantes de la celebración usaron tapabocas.
A la vivienda también llegaron ese mes de mayo algunos familiares tras la muerte de una tía por una enfermedad no relacionada a la COVID-19.
Sin embargo, para Richard la sospecha más firme recae en el centro médico al que su progenitor tenía que ir cada quince días para recibir un tratamiento contra la anemia que sufría. Cree que fue ahí donde su padre contrajo el virus y luego lo llevó al hogar.
Los casos de esta familia se suman a las recientes estadísticas de California, estado que como muchos otros del sur y suroeste del país refleja repuntes de la enfermedad tras el proceso escalado de reapertura económica.
El miércoles, California registró el mayor número de contagios diarios desde que comenzó la pandemia al sumar 7 mil 149 nuevos positivos en 24 horas.
A esto se le suma un incremento del 32 por ciento de las hospitalizaciones en los últimos 14 días. El alza también se registra en las UCI, donde actualmente el 34 por ciento de estas camas están ocupadas por pacientes de COVID-19.
TAMBIÉN EN TEXAS
El contagio colectivo de los Garay no es el único entre familias hispanas. En el norte de Texas 18 miembros de una familia luchan contra la COVID-19 después de contraerlo en una reunión desarrollada el mes pasado.
Ron Barbosa le dijo al canal de televisión KTRK que creen que la infección se propagó en una fiesta sorpresa celebrada el 30 de mayo y a través de un pariente que no sabía que estaba infectado.
Ocho de los invitados adquirieron el virus y a su vez contagiaron a otros 10 parientes. Entre los afectados hay dos personas de la tercera edad, dos niños pequeños y una mujer que lucha contra un cáncer de mamá.
Richard Garay dice que la llegada del coronavirus ha significado “el año más difícil” para su familia.
Sin haber recuperado del todo su salud, y sin trabajo, sin dinero y a puertas de un desalojo, ahora la familia tiene que enfrentar los costos del funeral del patriarca.
En vista de la situación han decidido buscar la ayuda de la ciudadanía abriendo una cuenta en la plataforma GofundMe a nombre de Vidal Garay García para recolectar donaciones.
“Me preocupa mi mamá que acabó de perder a su esposo de más de 30 años, a su hermana y está muy deprimida”, señaló el hispano, quien advierte sobre los riesgos de tomar a la ligera el coronavirus.
“Por favor, por favor pónganse sus mascarillas, usen guantes, hand sanitizer porque el virus sí es verdad y desafortunadamente hay gente como mi apá a los que el virus los puede afectar”, resaltó.
“Sean conscientes y salven vidas”, insistió.
Publicado por:NOTICIAS DE YUCATÁN
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